“Los seres humanos tendemos al placer, rápido, sin pensar, a las actividades que tienen recompensa y la obligación cuesta”.Afirma el médico, especialista en Psiquiatría y Psicología, Emilio Hidalgo, quien además atina a decir que la mayoría de las personas tendemos a “vivir apagando incendios”, es decir, cada día nos enfocamos en resolver lo urgente y no a programar nuestro día para atender lo importante.
“Cualquier cosa que sea a largo plazo provoca este desgano a medida que se acerca la fecha”, estamos acostumbrados a obtener resultados casi de inmediato y postergar esa recompensa nos hace sentir frustración sin embargo, en la realidad, al ser personas organizadas obtener pequeñas dosis de placer y, conforme llegan los plazos marcados, mayor satisfacción tendremos. Todo es cuestión de paciencia y perspectiva.
Por eso te dejamos algunos consejos para dejar de procrastinar y optimizar tus tiempos.
Anota metas pequeñas.
Si divides tus obligaciones en pequeñas metas, será más sencillo terminar con ellas. Trabajar bajo esta estructura te ayudará a generar una planeación detallada que te indique por dónde comenzar, así evitarás darle tantas vueltas que te harán perder tiempo.
Establece fechas de entrega.
Luego de identificar las tareas que debes cumplir, fija tiempos de entrega, pero hazlo de manera estratégica para generar un sentido de urgencia. Si una actividad debe finalizarse en un mes, plantea que debes realizarla antes de 30 días. Te dará la impresión de que tienes menos tiempo para terminarla.
Trabaja por periodos.
No te castigues, no es necesario que te obligues a trabajar durante periodos prolongados, porque esto podría disminuir tu entusiasmo. Enfócate en trabajar en sesiones pequeñas, pero eficaces y toma descansos entre estas. No consideres que tomarte un respiro te quitará tiempo, por el contrario, te permitirá aumentar tu productividad. Levántate de tu silla, estírate, toma agua y continúa.
Una tarea a la vez.
Es falso que podamos hacer varias cosas a la vez, en realidad terminamos con pequeños errores y no se completa nada. Además, pretender ser “multitasking” puede afectar tu productividad. Concentra tu mente y tiempo en una tarea, terminala y luego comienza otra.
Gestiona tu energía, no tu tiempo.
Dejar de procrastinar es posible, para lograrlo debes administrar tu energía y no tu tiempo. Trabaja en los momentos en los que te sientas con mayor energía, si te sientes de mal humor o agotada, no te presiones, tómate el tiempo suficiente para despejar tu mente y retomar tus actividades después.
Enfócate en mejorar tus hábitos y comienza a experimentar grandes cambios. OLVÍDATE DE DEJAR TODO PARA MAÑANA.
*Ante cualquier trastorno de ansiedad o depresión que te impida llevar a cabo este tipo de medidas, consulta a un profesional de la salud mental y/o psicólogo para tratar el problema.
